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Disparo revelador

by Mendizabal

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1.
Partida 03:20
Partida, vestido de tormenta, cañones apuntando, al muro que protege el lado más sensible en el templo del miedo, a que todo quede en nada, caricias movedizas, aromas permanentes que se impregnan en los cuatro vientos. Primera y última vez, al menos por un tiempo, primera y última vez. Partida, subieron las apuestas, caballos desbocados, jinetes que no pueden frenar, presa fácil del miedo, a que todo quede en nada, aprieta los dientes, con todas tus fuerzas, valiente. Primera y última vez, al menos por un tiempo, primera y última vez. Con la conciencia desconcertada, por tu irrupción, lanzamiento en bomba en mi estanque en calma. Primera vez, primera vez, primera vez, primera vez, eterna huella, profundos tiempos, aromas que aún se impregnan en los cuatro vientos. Primera y última vez, primera y última vez, primera y última vez, incendio tras incendio, primera y última vez. Partida, vestido de tormenta.
2.
Ramas que golpean la ventana, edredón de acero que me cubra de los pies hasta la cara, la oscuridad al fondo del pasillo, la boca del lobo. Aquella escena de cañas y barro, la palabra practicante, el sabor de aquel asalto, te vi llorar al fondo de tu castillo, la boca del lobo. Entonces mis miedos pasaron a ser anécdotas, entonces te vi llorar, como el reloj anclado en la estación, testigo de almas heridas, te vi llorar. Lágrimas del calado de un océano de sal, y tú en un barco de papel, y tú en un barco de papel, te vi llorar, llorar a mar abierto, la boca del lobo. Entonces mis miedos pasaron a ser anécdotas, entonces te vi llorar, sobre la última piedra del andén, la de las mil despedidas, te vi llorar.
3.
Duerme la pequeña Irene, blanca en una nube de algodón, como la nieve que en primavera será agua de río, tan pura, tan transparente, duerme en la casilla de salida, con ganas de agarrarse bien, con fuerza para pelear por cada minuto de vida, tan frágil y tan valiente, mañana tiene una batalla más, pasado todo habrá pasado ya, pequeña Irene. Noches con más de dos lunas, horas que son una eternidad, y en la distancia ya resuena una trompeta, que anuncia el final de esta guerra, paparara….. mañana tiene una batalla más, pasado todo habrá pasado ya, pequeña Irene. Duerme bien, duerme bien, pequeña Irene, duerme bien. Duerme bien, duerme bien, pequeña Irene, duerme bien.
4.
Porque ni un gesto le pasa inadvertido, capta mi tormenta en un segundo aunque me vea sonreír, como si no tuviera importancia, paralelamente a la locura, que no me falte, claridad que muestra las fisuras que pretendimos cubrir, como si no hiciera falta tiempo. Como si no hiciera falta, como si no fuera lo suficientemente fuerte, como si no hiciera falta, como si no tuviera importancia. Porque ni un ruego le aparta del camino, viaja a los rincones más ocultos para enfrentarse al dolor, como si no tuviera importancia, paralelamente a la locura, que no me falte, claridad que alumbra las costuras que remendábamos los dos, como si no hiciera falta tiempo. Como si no hiciera falta, como si no fuera lo suficientemente fuerte, como si no hiciera falta, como si no tuviera importancia. Algunos fantasmas hacen guardia en la trastienda esta temporada. Como si no hiciera falta, como si no fuera lo suficientemente fuerte, como si no hiciera falta, como si no tuviera importancia.
5.
Herederos del buen provecho, trepadores de autoestima baja, aquellas noches de gloria, que ya ni recuerdo, no tengo tiempo ni de pensar en lo que me pierdo, cuando despierte, quizás entonces no haya marcha atrás, y no pueda plantarme, ni a voz en grito, aquella tarde lo puse todo en su sitio. Pude decir que no, pude decirles que no. Herederos del miedo al fuego, sufridores de principio a fin, terriblemente obcecados, a pico y pala, no haría lo mismo mi vida si sólo tuviera una bala, cuántas mañanas me pregunté qué coño hacía aquí nadando en aguas turbias y altas corrientes, aquella tarde quité el tapón de la fuente. Pude decir que no, pude decirles que no, pude decir que no, por todas esas veces en las que se quebró mi voz, pude decir que no. Puede que entonces me dejara llevar por la inercia y el miedo, pero hay momentos en los que hay que quemar, todo un imperio y empezar de cero. Pude decir que no, pude decirles que no, pude decir que no, por todas esas veces en las que se quebró mi voz, pude decir que no.
6.
Planificar el futuro me genera ansiedad, quizá por eso a veces me recreo en otros tiempos, si todo lo inesperado tiene un plus de intensidad, que sigan siendo improvisados nuestros versos. Planificar el futuro le resta emoción, y aumenta el riesgo de que no brillen igual tus gestos, que no cambio mi incertidumbre por un futuro panteón, que sigan siendo improvisados nuestros versos. Que no haya abismos si todo apunta a la madrugada, que se nos hinche de calma el pecho en mitad del temporal. Si quisiéramos seguir viajando de lo intenso a lo más intenso, que sigan siendo improvisados nuestros versos. Que ni un atisbo de lo que viene nos quite el sueño, que se nos quede pequeño el miedo a la eterna novedad. Si quisiéramos seguir viajando de lo intenso a lo más intenso, que sigan siendo imprescindibles estos versos.
7.
Campos de secano, manto dorado, luces de verano hoy en la fiesta patronal, ronda de chamizos y cánticos varios, llevábamos un año esperando. Fuego en las calles, partida en el bar, esta noche toca “La Maravillas Band”, siempre hubo pelea con los del pueblo de al lado, seguro que vendrán provocando. Tan lejos la ciudad, tan lejos la ciudad, tan cerca las mieles del vértigo. Cazadores que no confiesan el número de presas, no hace falta destacar, siempre hubo caminos por donde no pasa nadie, y nadie estará vigilando. Tan lejos la ciudad, tan lejos la ciudad, tan cerca las mieles del vértigo. Vuelven a ocupar el campanario las cigüeñas, llevábamos años sin verlas, puede parecer que tengo el corazón de piedra, ave de paso que vuela.
8.
Cristales tintados desde aquí dentro dormí contigo, paredes blindadas las de tu habitación, salí de madrugada cuando la ciudad soñaba, disparo revelador envuelto en chanza, aunque no lo sepas dormí contigo. Y en previsión de las secuelas del incendio, bajo mi techo hecho de cajas de cartón, tomé el camino de menor riesgo, con un disparo revelador envuelto en chanza. Por los bajos fondos podría haber estado bien, por las buenas formas ni una arruga en el chaqué. Y en previsión de las secuelas del incendio, bajo mi techo hecho de cajas de cartón, tomé el camino de menor riesgo, con un disparo revelador envuelto en chanza, aunque no lo sepas dormí contigo, aunque no lo sepas dormí contigo.
9.
En un rincón de la memoria, como en un viejo almacén, donde el tiempo no avanza, rúbrica a cincel esculpida en la pared. Sin despedidas, ni la fuerza del viento, ni el temblor de aquella vez, irreductibles, ni la arena del desierto, ni la lluvia torrencial; que arrastró ramas y piedras desbordando el caudal, arañando dos mejillas a su paso, que inundó las carreteras que acceden a la ciudad, telón de acero, diamante intacto. Porque yo tengo una colección de tarros que guardo en ese rincón, una esencia por cada golpe de estado, pasajes de regreso en tren de alta velocidad, algunos gratuitos, otros no tanto. A la piscina del verano en el que no me lancé, al teatro Alameda o al hotel de aquella vez, irreductibles, así pasen mil inviernos, así azote el temporal; arrasando los recuerdos de calado banal, sin rozar aquellos que fueron de impacto, ciento treinta y dos marcas de cañón en las torres de Quart, telón de acero, diamante intacto. Porque yo tengo una colección de tarros que guardo en ese rincón, una esencia por cada golpe de estado, pasajes de regreso en tren de alta velocidad, algunos gratuitos, otros no tanto; porque de otra forma, no volvería jamás, no volveremos más, no volveremos jamás, no volveremos a recrear (los efectos de aquella fusión nuclear), Pero yo tengo una colección de tarros que guardo en ese rincón, una esencia por cada golpe de estado.
10.
Buen viaje 01:56

about

Disparo revelador: Señal, destello que ciega y exige una pausa para rectificar si se imponen las sombras, para sentir si lo hacen las luces, aquí, ahora.

Mendizabal

credits

released March 1, 2019

Grabado entre los meses de octubre y diciembre de 2018 en el estudio Río Bravo de Xirivella (Valencia).
Producido, mezclado y masterizado por Xema Fuertes y Cayo Bellveser.

Todos los temas compuestos por Txema Mendizabal.

Carlos Soler: Guitarra eléctrica en 1, 5 y 7, coros en 1.
Luis Alcober: Fliscorno en 3 y 8.
Virginia Iranzo: Violín en 3, 8 y 9.
Carla Pascual: Violín en 3 y 8.
Manolo Tarancón: Voz y coros en 5

Resto de los instrumentos grabados por Xema Fuertes, Cayo Bellveser y Txema Mendizabal.

Fotografía: EvaHM
Maquetación: Javier Martín

Editado por La Viejita Música

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Mendizabal Valencia, Spain

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